Para estar enterados.
Su cultura, tradiciones y hasta su economía los hacen diferentes; sin embargo, existe una preocupación común que une a muchos países en materia de promoción de la lectura: motivar a más gente para que acuda a las bibliotecas públicas por convicción, más que por obligación.Esta fue la reflexión final que compartieron algunos de los especialistas participantes en el Tercer Encuentro Internacional sobre Bibliotecas Públicas, organizado por el Conaculta, a través de la Dirección General de Bibliotecas, en colaboración con diversas instancias y organismos nacionales e internacionales vinculados con el trabajo bibliotecario.
La actividad fue clausurada por Jorge von Ziegler, titular de la Dirección General de Bibliotecas del Conaculta; quien estuvo acompañado por Elías Cid Ramírez, secretario de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios A.C.; Alejandro Añorbe, subdirector de Servicios Bibliotecarios y Archivísticos de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía; Clemencia Montalvo Villegas, representante del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe; y Luz María Sainz, presidenta de la Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil.
Para Clemencia Montalvo, la base de trabajo para los bibliotecarios es y seguirá siendo la formación de lectores, más aún en el siglo XXI, cuando se hacen más presentes las nuevas tecnologías. En esta labor, las bibliotecas públicas juegan un papel estratégico, señaló, ya que es un elemento indispensable para el desarrollo de las comunidades.
"Desafortunadamente, el rol de las bibliotecas públicas no es tan reconocido por la sociedad. Así que son espacios que continúan haciendo su trabajo silenciosamente y posicionándose poco a poco, a pesar de que son desconocidas", señaló la promotora.
Por su parte, Luz María Sainz reconoció el legado de este encuentro, ya que es una oportunidad única de compartir experiencias y que cada nación aprenda de las estrategias que emplean otros países.
Después de escuchar a sus colegas, refrendó la idea de que la biblioteca debe mantenerse como un espacio privilegiado, donde los usuarios asistan por voluntad propia.
Para alcanzar esa meta, Alejandro Añorbe dijo que es primordial entender a la lectoescritura como una de las habilidades básicas del individuo para su desarrollo que es motivada desde la educación escolar. Dicha labor debe ser reforzada por las bibliotecas públicas para consolidar su capacidad para leer y construir ideas que apliquen en su vida cotidiana.
Como ejemplo mencionó que si se compara un país de primer mundo, donde la educación promedio debe ser superior a los 12 años, con los países en vías de desarrollo (donde se afirma que están entre el séptimo y octavo grado de educación), es un hecho que el desarrollo de las bibliotecas públicas será un reflejo real de la situación educativa de cada nación. Entonces, "el reto es transformar la educación y las bibliotecas de manera paralela".
Finalmente, el escritor Juan Domingo Argüelles ?responsable del encuentro-, manifestó su satisfacción, ya que a diferencia de las ediciones anteriores, hubo un nivel teórico de participación más alto, en cuanto al contenido y la preparación de los ponentes; además de que se le dio mayor énfasis al tema de la lectura.
La última mesa del encuentro se refirió al papel de las tecnologías de la información en la biblioteca pública para la promoción de la lectura en niños y jóvenes, en la que participaron Emilia Ferreiro (Argentina-México), Ricardo López Muñoz (Chile), Adolfo Rodríguez Gallardo y Jorge Cabrera Bohórquez (México).
Jorge von Ziegler anunció que se editará una memoria donde se integren las ponencias, a fin de ponerla a disposición de los involucrados en la labor bibliotecaria.
