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Cuestionan posibilidades de acceso a libros en red.Ante el anuncio de Google de subir a internet más de 15 millones de textos completos, intelectuales expresan su temor acerca del monopolio del conocimiento que representaría y sus efectos en el derecho de autor.
En diciembre pasado la empresa Google anunció un acuerdo con las principales bibliotecas universitarias de Estados Unidos e Inglaterra para crear una "biblioteca virtual" que pondrá a disposición de los usuarios de internet cerca de 15 millones de libros, con lo cual la utopía que ha acompañado el surgimiento de las tecnologías de comunicación a distancia vuelve sobre el escenario: el mundo como una sola familia, y en este caso también el acceso a la información y al conocimiento sin traba alguna.
Sin embargo, algunos intelectuales plantean dudas sobre esta apuesta de llevar los libros a la supercarretera de la información.
Para Google se trata de un plan sin parangón y es el proyecto más ambicioso que esta empresa ha emprendido hasta la fecha, porque es el primer paso para digitalizar el "conocimiento del mundo", aunque para el crítico Armand Mattelart, sería "totalmente nefasto" que esta firma monopolizara ese proceso.
La digitalización de estos 15 millones de ejemplares de las universidades de Stanford, Nueva York, Harvard y Oxford (Inglaterra), permitirá que cualquier usuario de internet en todo el mundo, pueda acceder a ejemplares que van del siglo XVII a principios del siglo XX.
Sólo habrá libros que ya no estén sujetos a derechos de autor, porque el tope por ahora planteado es el año de 1900, ya que los derechos de propiedad intelectual tienen una vigencia promedio de 100 años. Los ejemplares del siglo XX que se digitalicen sólo podrán consultarse en resúmenes o capítulos, hasta que se resuelva el copy right .
El proyecto de escanear hacer copias de los textos estos 15 millones de libros podría tardar una década y el costo ascendería hasta 10 millones de dólares.
De acuerdo con los especialistas permitirá que dentro de dos décadas "la mayoría de los conocimientos del mundo se habrán digitalizado".
En la misma línea, en abril pasado, los dirigentes de España, Francia, Alemania, Italia, Hungría y Polonia, propusieron a la Unión Europea la creación de una "biblioteca digital europea" para volcar el patrimonio cultural y científico de Europa en las redes informáticas mundiales, algo similar a la "biblioteca virtual" de Google.
El libre acceso, sólo un mito.
Pero esta digitalización no sólo abre interrogantes en torno del futuro del libro que van de la utopía de un libre acceso a los conocimientos del mundo, hasta la desaparición del libro tal como lo conocemos ahora, pasando por la defensa de los derechos de autor, un capítulo que aún no encuentra definición efectiva.
Para el comunicólogo Armand Mattelart el libre acceso a la información es un viejo sueño y un mito que se alimenta con el advenimiento de cada nueva tecnología de comunicación a distancia.
El discurso triunfalista es el que estas tecnologías ofrecerán más prosperidad y democracia, cuando la realidad es que esto no se cumple. "En el caso de Google esto se difunde de nuevo con el viejo discurso de la filantropía y en pro de la ciencia, pero la realidad es que esta selección se hace desde el poder de las grandes firmas y los países con recursos para digitalizar su acervo, lo que margina a muchos otros. Sería muy nefasto que las grandes firmas monopolizaran la digitalización".
De igual manera para el periodista y escritor estadounidense Mark Dery en esta aurora del siglo XXI estamos regurgitando viejos mitos y sueños, pero nada seguro se puede afirmar de lo que podrá ocurrir. "Estamos atravesando un periodo de enorme turbulencia cultural que puede ser muy rica, pero también difícil. Para usar un viejo mito diría que navegamos entre Escila y Caribdis. Cualquiera de estos monstruos puede devorarnos si nos acercamos demasiado a ellos."
Las interrogantes del futuro.
Para María Fernanda Mendoza, directora del Centro Mexicano de Protección de los Derecho de Autor (Cempro), legislar sobre el libro y las nuevas tecnologías es tarea bastante complicada, porque los cambios se han dado de forma muy acelerada.
"El legislador tiene que correr tras esos cambios, pero el ritmo es tal que ese proceso deja un vacío legal y ese hueco permite cualquier cantidad de delitos que lesionan los derechos de autor. Además sin contar a la piratería que está floreciendo en internet".
Aclara que la Ley Federal de Derechos de Autor protege todo libro en cualquier presentación en que se reproduzca, sea en formato digital o en papel, así como existen convenios a nivel internacional, pero finalmente el desarrollo tecnológico ha caminado demasiado rápido.
Pero los esfuerzos ahí están y en el proyecto de iniciativa de la Ley de Fomento para el Libro y la Lectura que hace dos semanas ingresó a la Cámara de Senadores para su aprobación, se incluye por primera vez en México una definición del libro que ya integra a "cualquier tipo de soporte, incluido el electrónico".
Enrique Vargas, uno de los impulsores de la nueva ley del libro, explica que con esta definición se buscó permear todo el documento de esta nueva realidad tecnológica, algo que no estaba considerado en la antigua ley. "Hacemos un reconocimiento de que existen otros tipos de libros y esto es un gran paso", añade.