Amoxcalli Blog

de los códices al blog, una biblioteca es mi boleto para viajar... pienso dar una vuelta al mundo y ¿quién sabe? tal vez nos encontremos.

enero 26, 2006

Las colecciones que estudia el Comité mexicano de este programa son Voz Viva de México y América Latina.

México inaugura una nueva fase del programa Memoria del Mundo de la UNESCO, dedicada exclusivamente a los acervos de una nación. Para integrarse a esta lista, denominada Memoria del mundo de México, contienden cuatro colecciones de fundamental relevancia histórica.Las colecciones que estudia el Comité mexicano de este programa son Voz Viva de México y América Latina, Salvador Toscano, Lafragua y las de Porfirio Díaz y Manuel González. Los resultados serán revelados a finales de mes, según Rosa María Fernández Zamora, integrante de este comité.
?Al ser reconocidos en esta lista un documento o una colección debe ser preservado y difundido. No es un reconocimiento que otorgue recursos económicos, pero sienta las bases para pedirlos a otras instituciones, sobre todo para invertirlos en la difusión, que es donde nos hace falta trabajar mucho?, dice Fernández Zamora.
Este programa fue creado en 1992 por la UNESCO y se propone proteger y promover el patrimonio documental del mundo, a través de la preservación y el acceso. Integra bibliotecas y archivos en cualquier soporte: documentos audiovisuales, reproducciones digitales y tradiciones orales, cuya importancia varía de región en región.
Hasta ahora contaba sólo con dos niveles. El primero es Registro Memoria del Mundo donde están registradas 91 colecciones de 45 países, 8 de ellos latinoamericanos. México ha registrado la colección de de Códices Mexicanos; el Códice del Marquesado del Valle de Oaxaca; el Codex Techaloyan de Cuajimalpa y el negativo original del filme Los olvidados de Luis Buñuel.
El segundo nivel es el Registro Regional, en el que México registró los Incunables Americanos, es decir libros impresos en México en el siglo XVI de las colecciones de la Biblioteca Nacional de México y Biblioteca Cervantina ITESM; así como la colección Hugo Brenme de la Fototeca Nacional INAH.
Apenas el año pasado la Bilbioteca Palafoxiana de Puebla ingresó a este registro, con lo que nuestro país suma un total de cinco acervos de los 120 de la Memoria del Mundo, supera con ello a Trinidad y Tobago con tres archivos reconocidos, y Brasil y Venezuela con dos acervos cada uno.
Voz Viva de México y América Latina
De acuerdo con Javier Martínez, subdirector de la dirección de literatura de la UNAM, que edita esta colección sonora, este es probablemente, el acervo más grande e importante de escritores en su propia voz, en el mundo hispanohablante.
Entre sus 200 obras se incluyen nombres como Mario Vargas Llosa, Rafael Alberti, Alfonso Reyes, Jaime Sabines, Octavio Paz, César Vallejo, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier, Pablo Neruda, Rosario Castellanos, Jorge Luis Borges, entre otros.
La colección inicia su formación oficial en 1960, pero las grabaciones se realizaron desde 1956.Esta colección tiene más de doscientas ediciones de literatura, música y pensamiento universitario y político.
Uno de los logros más grandes de los responsables que han estado al cuidado de la colección es haber trasladado la mayor parte de las grabaciones de carretes originales a formato DAT (digital), lo que ha permitido la preservación de las grabaciones para las futuras generaciones.

Salvador Toscano
El ingeniero Salvador Toscano conservó y coleccionó imágenes hasta su muerte en 1947. La Cineteca Nacional es la promotora de este archivo que, según la directora del recinto, Magdalena Acosta, incluye materiales fílmicos y documentales.
Integrando este archivo se encuentra una colección de carteles de exhibición de películas y programas de mano, de 1897 a 1936, en su mayoría impresos en papel de China.
En 1897, Salvador Toscano abrió la primera sala de cine en la ciudad de México y comenzó a filmar acontecimientos de la vida del país, que exhibía como parte de sus programas. Los disturbios que antecedieron a la renuncia de Porfirio Díaz y la victoria Maderista, lo impulsaron a conservar su material fílmico como testimonio histórico.
Por ello, en su colección también se encuentran películas filmadas de 1897 a 1921 en soporte de nitrato; muestras de su correspondencia personal (1886-1941) y correspondencia de cine de él mismo (1905-1942).A todo ello se añade el Story Board de la película Memorias de un mexicano preparado por Carmen Toscano con fotografías originales sacadas de los fotogramas de la película (dos versiones).
Lafragua
Mil 580 volúmenes de folletería, con poco más de 24 mil piezas; alrededor de 18 mil son del siglo XIX con información de gran interés para quienes estudian los aspectos económicos, sociales, políticos e históricos del México decimonónico. La Colección se recibió por disposición testamentaria de José María Lafragua.
Lafragua, quien por disposición testamentaria dejó su archivo a la Biblioteca, era un apasionado de la historia y, a lo largo de su vida, se dedicó a reunir todos los materiales sobre México, desde libros hasta folletos y volantes, que datan de 1576 a 1924.
Liborio Villagómez, responsable del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México señala que José María Lafragua fue director fundador de este recinto. ?Su colección contiene los documentos referentes al aniversario del primer Grito de Independencia (1827), la correspondencia de la delegación mexicana en Washington durante la intervención francesa (1860-1868).Integra, también, el proyecto de Código Civil para el DF y Baja California y una colección de firmas autógrafas de figuras de la historia de México de los siglos XVI al XIX.
La coordinadora de la Biblioteca Nacional, Rosa María Gasca explica que de las mil 22 consultas que mensualmente hace, un promedio de 415 usuarios al Fondo Reservado, el 40 por ciento busca la colección Lafragua.
Colecciones Díaz y González
Estas colecciones pertenecen a la Universidad Iberoamericana, la primera de ellas tiene cerca de un millón de documentos y está formada por la correspondencia que recibió Porfirio Díaz entre 1876 y 1911 y cubre parte de su vida en exilio, unos cuantos documentos entre 1911 y 1915.
La directora del Archivo de la Universidad Iberoamericana, María Teresa Matabuena apunta que ?con la colección de Manuel González, que gobernó entre 1880 y 1984, se cubren todos los periodos presidenciales entre 1876 y 1911.
?Ambos archivos fueron donados por los bisnietos, tanto de Díaz como de González, primero estuvieron en comodato, y cuando se cumplieron las cláusulas de éste pasaron a la donación?.
Son archivos presidenciales importantes por la época que cubren, es decir, los últimos 20 años del siglo XIX y los 10 primeros del XX.
Al ser archivos presidenciales no hay fuentes similares que tengan este tipo de documentación en otros archivos. Son importantes también porque una parte importante de la correspondencia está escrita por simples mortales. Esto quiere decir que vemos cómo cualquier ciudadano se comunicaba con el presidente. Se puede apreciar la cotidianeidad, le pedían ayuda al presidente, dinero prestado, apoyos económicos, accesos al ejército.
?Los archivos presidenciales como tales ?señala Matabuena?, empiezan en el Archivo General de la Nación con Francisco I. Madero, y son una fuente muy importante para el estudio del México contemporáneo.
?Los dos archivos están microfilmados y en soporte documental, y para la consulta únicamente permitimos el acceso a los microfilmes?.

enero 24, 2006

Las bibliotecas de Mogador.
Alberto Ruy Sánchez, escritor mexicano, en su nuevo libro "Nueve veces el asombro. Cosas que se dicen de Mogador", continua con la narración sobre esta ciudad y sus lugares, sus historias y sus imágenes, y nos cuenta tambien sobre las bibliotecas...

9x9 cosas que se dicen de Mogador.

VII DE LAS BIBLIOTECAS Y LOS SERES QUE LAS HABITAN
55. También las bibliotecas de Mogador son, lógicamente, extensiones mutantes de lo escrito ancestralmente sobre la piel de las personas. No es casualidad que sea piel tatuada la que proteje el frágil papel de los libros en Mogador. Y que, finalmente, las bibliotecas y la música son vistas en Mogador como dos formas de lo mismo: muy logradas metamorfosis de la piel.

56. Que en Mogador cada libro abierto siempre está listo para danzarnos por dentro. Y basta un parpadeo sobre sus páginas para que alegre y veloz nos penetre.

57. Cada libro nuevo es metáfora de un nacimiento en Mogador. O de la llegada feliz de un extranjero. Y el número de libros conservados en ella es siempre un múltiplo de los habitantes de la ciudad. Una responsabilidad importante del bibliotecario es conservar a diario esa proporción dorada sensible a aumentos y disminuciones de la población, emigraciones o guerras, euforias reproductivas o plagas.

58. También sucede un cálculo inverso: cuando una plaga de polillas u otros bichos entra a la biblioteca y se come los libros, la población vive aquello como un pésimo augurio. Y espera guerras o enfermedades catastróficas. Dicen, con cierto orgullo, pero también con una dosis de pena, que es la única ciudad donde muchas de las escenas más trágicas de su historia tienen como origen algo que sucedió en la biblioteca.

59. Dicen que en algunas secciones de la biblioteca de Mogador, si por la noche se dejan juntos dos libros afines, por la mañana amanecen tres. Que el bibliotecario cultiva esas ?noches de papel feliz?. Y cuida además que nunca haya guerras entre los libros opuestos buscando que en su disposición dentro de la biblioteca sea claro que las diferencias sustanciales pueden confluir en un librero sin coincidir necesariamente entre las mismas pastas con las mismas ideas.

60. Dicen que la sana promiscuidad cultural, y por lo tanto el mestizaje entre los libros, está a flor de piel en la biblioteca de Mogador. Esa variedad incesante es su fortaleza. Que incluso en un extremo del edificio hasta los libros santos de judios, cristianos y musulmanes conviven ejerciendo el arte de las distancias: forman una geometría perfecta. Y que nunca ?los fundamentalismos de un sólo libro? impondrán sus prohibiciones en bibliotecas mogadorianas.

61. Que cada vez que se abre un libro en una biblioteca de Mogador, en algún otro lugar del universo explota una estrella o comienza la extraña migración de doscientos millones de mariposas que cruzarán cinco mil kilómetros para pasar el invierno entre volcanes apagados de México. O los mares se retiran o todas las cabras se suben a los árboles arganos a la entrada del Sahara. O un genio en algún desván insospechado de Boznia Herzegovina compone una sinfonía. O tal vez en un estudio de Nueva York, un féhbrtil escultor anglomexicanocatalán engendra en bronce bichos singulares: una nueva especie inesperada de esos intrigantes Cangrejos Herradura que son descritos por los científicos como ?fósiles vivos? y que, desafiando abiertamente las leyes de Darwin, sin cambiar y sin adaptarse desde hace doscientos millones de años, se reproducen cada primavera en las playas de Nueva Inglaterra y de Yucatán.

62. Que de algunos libros mogadorianos emana un brillo tan extraño que llenan de pimienta luminosa el aire a su alrededor, de olor a azufre las cercanías y nadie se ha atrevido a abrirlos en un par de siglos. Desde la última plaga de langostas que azotó la ciudad consumiendo todo lo vivo. Cuando millones de ellas cruzaron el Sahara sin comer nada sino a ellas mismas en varias semanas y fue Mogador la primera población que encontraron, sedientas y voraces. Para ellas también fue, según lo registra la Historia, la ciudad del deseo.

63. Que en Mogador los libros que tratan de animales, desde los antiguos bestiarios científicos hasta los modernos, por si las dudas se guardan en gabinetes con rejas. Que por las noches se les oye trotar por adentro de los libros de un lado al otro de los estantes. Que los libros sobre aves se deshojan más pronto que otros y por lo tanto requieren doble o triple costura. Que los libros sobre los mares y los ríos se plagan más rápidamente de hongos y que los tratados de minería, como la famosa Re Metalica, tienden a convertirse en tesoros y su estudio demanda lectores algo avaros y rígidos. Que los libros de aventuras tienen hojas que giran más rápido. Que a los de poesía les brotan manos invisibles que se meten muy a fondo en tu cuerpo mientras los lees. Que a los de ética, derecho canónico y teología les rechinan las páginas. Que los libros de escritores místicos se abren sin que nadie los toque. Y que los libros sobre Mogador tienen la fortuna de ser siempre amados con avidez sensorial, con deseo creciente y errante. Entre otras razone porque los libros sobre Mogador se extienden más allá de sus páginas y siguen escribiéndose como sonámbulos en la piel de quienes los leen. Que son sin saberlo al mismo tiempo quienes los habitan.

Empezando el año.
Sin temerle a los cambios... de mientras, noticias de la megabiblioteca.
Biblioteca de autoservicio.
El concepto de la Biblioteca Vasconcelos Siglo XXI será el de un espacio abierto, donde el usuario podrá caminar libremente por los niveles del edificio en busca del libro que desee consultar o leer. Los volúmenes estarán en los libreros colgantes para el libre acceso.
De acuerdo con un documento al que tuvo acceso EL UNIVERSAL, Jorge von Ziegler titular de la Dirección General de Bibliotecas, explica que a diferencia de otros centros bibliotecarios académicos, nacionales o especializados, la Vasconcelos tendrá estantería abierta.
"Cualquier usuario podrá llegar a cualquier rincón de la biblioteca y tomar el libro que necesita o ver qué libros se ofrecen. Podrán ser auxiliados por bibliotecarios que estarán a cargo de las diferentes secciones del edificio, ofreciendo esa orientación y manejando el acervo y su cuidado", explicó el funcionario.
De igual manera aclaró que a diferencia de la Biblioteca Vasconcelos de La Ciudadela, la de Buenavista ofrecerá el servicio de préstamo externo para quien desee llevarse el libro a casa.
"Una de las aportaciones de esta instalación será poder contar con una biblioteca muy enfocada en los materiales que actualmente se encuentran en circulación en el mercado editorial mexicano. Esto complementará los servicios que se ofrecen en el edificio antiguo de La Ciudadela que quedará como una biblioteca de conservación".
Pero además, como explicó el funcionario, la diversidad de servicios que ofrecerá la Vasconcelos rebasará la de un simple centro de información de lectura, para convertirse en un espacio público con diferentes servicios de carácter cultural.
De hecho, una de las atractivas posibilidades que ofrecerá la Megabiblioteca es una sala de música, donde el usuario podrá llegar en su búsqueda hasta donde él quiera, porque ahí podrá escuchar algunas de las grandes composiciones del pasado y consultar libros sobre el tema: historia, obras, compositores, partituras e incluso practicar algún instrumento en un concepto de autoaprendizaje, apoyado por los encargados de la sala.
"La sala de música es el modelo de lo que quiere ser toda la biblioteca, es decir, un espacio de consulta, donde el usuario pueda llegar en el mundo del conocimiento hasta donde él quiera", precisó.
La Vasconcelos no será una biblioteca centrada en una materia específica, como puede ser la literatura o las humanidades en general, sino propiciará la convivencia de los diversos campos del conocimiento "bajo un criterio de equilibrio en cuanto a los servicios y los contenidos".
El recinto contará con un auditorio y salas de conferencias para seminarios, coloquios y presentaciones de libros. El auditorio tendrá capacidad para 520 personas y las salas de conferencias para 40 o 60.
El cerebro de la red de bibliotecas.
Uno de los principales objetivos de la Vasconcelos es que se convierta en el cerebro de toda la Red Nacional de Bibliotecas (RNB). Ahí se instalará el centro de cómputo y telecomunicaciones que enlazará a bibliotecas que tengan módulos de cómputo con acceso a internet. Actualmente hay alrededor de 7 mil bibliotecas en el país, de las cuales 30% cuentan con computadoras y acceso a internet.
Esto posibilitará tanto cursos a distancia, como el acceso a una biblioteca digital que la Vasconcelos creará. Se abrirá paso "a una biblioteca digital que en términos globales aporte contenidos propios y no sólo los existentes en el dominio público. Se considera la posibilidad de digitalizar colecciones de la biblioteca, los ricos acervos del Conaculta y la SEP", refirió en el documento Von Ziegler.